Pero el factor emocional, es frecuentemente, el motor PRINCIPAL en la toma de decisiones, lo que explica la formación de las burbujas (.COM, inmobiliaria, financiera…)El banco más solvente del mundo, quebraría sin duda si se extendiera el rumor que su situación es desesperada, provocando una avalancha de clientes sacando su dinero presa del pánico.
La búsqueda de coherencia interna, para vencer la disonancia cognitiva; el componente gregario del ser humano y el sistema límbico, son factores completamente ajenos la lógica académica del mercado.
Las subidas continuadas de un valor, compensando con grandes ganancias a los que invirtieron en él, crean así la falsa percepción de que continuará subiendo indefinidamente. La desviación de los cálculos fundamentales PUROS puede llegar a ser astronómica.
El análisis técnico tiene en este punto, en nuestra opinión, una evidente ventaja, pues refleja con buena aproximación, la componente emocional.
El factor gregario, se ve además reforzado por las noticias en los medios de comunicación, reseñando las rentabilidades espectaculares, olvidando que rentabilidades pasadas no garantizan continuidad futura.
Las decisiones tomadas por el sistema límbico, son emocionales, no racionales, por lo que serán mantenidas incluso si factores objetivos muy claros pero que suponen asumir una perdida, apuntan en otra dirección.
Los “stop-loss” del análisis técnico, representan una buena y NECESARIA herramienta del método seguido, para contrarrestar esa limitación del sistema límbico.
Como ejemplo, el abril de 2007, publicamos en el foro ASTROC de INVERTIA, un análisis por fundamentales de la compañía (entorno de los 45 euros entonces) en que concluíamos, que para el escenario de crisis que preveíamos, su acción se situaría al rededor de los 2-3 euros durante bastante tiempo. NO fue precisamente bien recibido.
Datos de la crisis.COM corroboran la inercia en la toma de decisiones que suponen asumir perdidas (experiencias emocionales negativas).
Las decisiones de los inversores individuales, guiadas por aspectos psicológicos, se trasladan con poco retraso, a los inversores institucionales.
La inercia al cambio de decisiones, sustentada por la inteligencia emocional, explica la paradoja de la frecuente venta de valores en el peor momento posible, cuando ya la bolsa está, a punto de entrar en el nuevo ciclo expansivo.
En resumen, los algoritmos matemáticos de predicción deben incluir proyecciones basadas en comportamientos observados en anteriores crisis, que incorporan un importantísimo componente psicológico.